Pronuncia la predilecta frase.
Bella, al oírla, se vuelve lentamente para encararle. Mike tiene los ojos ─impacientes, ansiosos─ fijos en esos labios finos color cereza que se crispan con molestia una fracción de segundo y, acto seguido, se entreabren como si su propietaria quisiera decir algo que, finalmente, se pierde por el camino y no ve la
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